Sin duda, antes de Iron Man, Jon Favreau era un total desconocido, pero si hablamos de cómo una cinta de superhéroes volvió a revolucionar el cine (antes lo hicieron Batman de Tim Burton y Spiderman de Sam Raimi (nos gusten o no)), tenemos que empezar a comparar para ganar puntos; y ¿qué mejor comparación contemporánea que Transformers?
Cuando Michael Bay sacó Transformers, los efectos especiales deleitaron a audiencias cultas e incultas, pues el uso de maquinaria digital para las composiciones futuristas que haría que Marinetti se cagara en los calzones no fue bien acompañado por una trama inteligente, y en Transformers es difícil saber qué tiene más peso, si la carga extrema de finísimos efectos especiales, o que una película de Pedrito Fernández tiene mejor trama que la cinta en cuestión... Termina la referencia.
Mientras que lo que Favreau utiliza es la misma carga de efectos especiales más el increíble carisma y parecido que Robert Downey Jr tiene con el Tony Stark orignal, como ningún otro actor había tenido con su superhéroe a interpretar.
Por lo tanto el hito que Iron Man desata tiene continuidad a una serie de películas impecables que vuelven a Marvel una de las empresas cinematográficas más costeables de la historia.
Y sí, es con Iron Man que realmente podemos declarar oficialmente que inicia la Era de los Superhéroes.
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