Para empezar, como sabemos, Zombie, como Tarantino es sin duda un posmodernista, y así como House of a 1000 Corpses era un homenaje a las cintas B que desataron todo el trabajo del gran Zombie, en esta ocasión notamos un ligero homenaje a otros directores históricamente grandes como lo son Kubrick, Lynch y hasta Jodorowsky ¿Y porqué? Sin duda alguno lo mejor de la cinta es la fotografía, a cargo de Brandon Trost (con quien ya había trabajado en H2), y todo lo que respecta a la producción cinematográfica, mostrándose inteligente y de impresionante precisión visual, puliendo extremamente la obra fílmica del Zombie, además de dejarse llevar por secuencias oníricas a lo largo de toda la película, entremezlando la línea que se desarrolla en la vida diaria deformada de la DJ Heidi y su satánica herencia wicca que navega entre vidas pasadas marchitadas por las costumbres linchadoras de Salem, y la maldad naciente de las nuevas brujas que buscan el renacimiento de Satán; siendo esto un gran acierto para Zombie como guionista. Teniendo como último plus general la adicción de John 5 como compositor del score de la cinta.
¿Qué es lo malo? Solo eso mismo por lo que inicio en esta reseña: Para homenajear a gigantes como Kubrick, a quien más se siente referido (por la fotografía, la producción, la edición, la forma), a Lynch (el ensueño y el surrealismo dominando la línea de tiempo), y a Jodorowski (el enfermizo llevamiento del inconsciente para tener resultados narrativos), se es necesario jugar a la manera en la que los más chingones de la historia del cine lo hacen, es difícil, y hasta ahora no les llega, pero fue un buen primer acercamiento...
Y para concluir, creo que lo que más importa de esta cinta, en una crítica general para con la línea fílmica y artística general, es que Rob Zombie es un gran artista, que crea un universo creativo de un imaginario propio y lo desarrolla en todas las áreas de su trabajo ¿Y cómo puedo simplificar esta idea? El personaje de Francis Matthias (Bruce Davison); que es una clara secuela de lo hecho por Malcolm McDowell como el Dr. Loomis en Halloween, uniendo The Lords of Salem al resto del universo zombiliano.
Buena película que experimenta con la mente de su lúcido director en desarrollo.
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