Tras una muy amarga cuarta parte, finalmente en esta quinta entrega, la historia logra tomar un realce del trama gracias a la apantallante sorpresa de quién es el verdadero sucesor de Kramer; sin embargo no llega a brillar aún como la primera trilogía.
La cinta se realza gracias a personajes como Jill Tuck o Mark Hoffman, pero no alcanzan aún a otros que ya son clásicos como lo son Kramer o Amanda Young.
La quinta parte salva la saga, pero es más recomendable para ver más en conjunto que solitaria.
La quinta nos muestra el valor como serie imparable (o según como vean las casas productoras) y nos olvidamos de esa antaña promesa que se decía en la tres, que en esa terminaba la gran historia de horror de principio del siglo XXI.
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